La sílice de forma general, y según su estructura molecular, la podemos encontrar de forma cristalina o amorfa, tanto en depósitos sedimentarios naturales como en productos creados artificialmente en hornos a altas temperaturas.

Todas las formas cristalinas de la sílice se denominan “sílice cristalina”, y se presenta principalmente en forma de cuarzo, cristobalita y tridimita (Puchau, 2019), siendo el cuarzo su forma más habitual, entre sus ventajas hay que mencionar que tienen muchas aplicaciones industriales que derivan de sus propiedades físicas y químicas tales como son la dureza o la resistencia, sin olvidar su resistencia química, su alto punto de fusión, la piezoelectricidad, la piroelectricidad y su transparencia (Servicio Andaluz de Salud ‐ Consejería de Salud, 2017), lo cual hace que sea un material fundamental en nuestra vida cotidiana ya que lo encontramos en teléfonos, edificios, vehículos y en un sinfín de productos que facilitan y mejoran nuestra calidad de vida.

En la ilustración siguiente (Rabanal, 2011) se muestra la representación gráfica de las diferentes formas cristalinas más representativas.

El cuarzo es, con diferencia, la forma más común de sílice cristalina. Es el segundo mineral más abundante de la superficie de la tierra y se encuentra en las piedras, las rocas, las arenas y arcillas. Puesto que es tan abundante, el cuarzo está presente en casi todas las operaciones mineras, y sus propiedades fisicoquímicas, le confieren multitud de aplicaciones industriales, por lo que puede estar presente en una gran variedad de actividades o sectores de actividad industrial.

Es importante indicar que la cristobalita y la tridimita están compuestas por los mismos elementos que el cuarzo, pero tienen una estructura cristalina diferente, estos compuestos no son abundantes en la naturaleza. Sin embargo, se encuentran en algunas rocas ígneas. En circunstancias industriales, la cristobalita también se obtiene cuando se calienta el cuarzo aproximadamente a temperaturas superiores a 1400°C; por ejemplo, durante la producción de materiales cerámicos.

La cristobalita también se forma cuando la sílice amorfa o la sílice vítrea se calientan a altas temperaturas, tal y como se ha indicado con anterioridad.

En la tabla siguiente, se muestran los principales materiales clasificados como sílice cristalina o como sílice amorfa.